Todos los trastornos somatomorfos tienen en común la presencia de síntomas físicos, lo que hace pensar a la persona que dice tenerlos en una posible enfermedad médica. Los trastornos somatomorfos son diagnosticados cuando ya ha quedado descartada una enfermedad física, trastorno mental o cuando no son consecuentes al consumo de sustancias.

Es bastante frecuente observar estos trastornos en hospitales, las personas que los padecen se caracterizan por las continuas visitas a los médicos esperando confirmar sus sospechas.

Con el tratamiento, el  trastorno dismórfico corporal puede observar una importante mejoría, aunque suele ser de carácter crónico, con fluctuaciones a lo largo del tiempo.

Se diagnostica antes de los 25 años, los primeros síntomas pueden aparecer durante la adolescencia.

• Hipocondría:Es la preocupación y el miedo de tener, o la idea de padecer, una enfermedad grave a partir de la mala interpretación de los síntomas o funciones corporales.

• Trastorno dismórfico corporal: Es la preocupación por algún defecto imaginario o exagerado en el aspecto físico.

• Trastorno de somatización: El inicio de este síndrome es antes de los 30 años. Es un trastorno polisintomático, de los cuales los más comunes son trastornos gastrointestinales, sexuales, dolores de distinta índole.

•  Trastorno somatomorfo indiferenciado: Los síntomas que padece son insuficientes para diagnosticar trastorno de somatización además estos no son explicados por ninguna enfermedad médica.  Los síntomas deben estar presentes al menos durante 6 meses.

• Trastorno de conversión: Una serie de síntomas relacionados con disfunciones motoras voluntarias o sensoriales, las cuales hacen pensar en un problema neurológico o médico, pero que sin embargo se debe más a factores psicológicos.

• Trastorno por dolor: Se caracteriza por la presencia de dolor. Son factores psicológicos los que intervienen en el inicio, mantenimiento y gravedad de los síntomas

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