Trastornos en sustancias e impulsos

Trastornos del control de impulsos.

La característica esencial de los trastorno del control de los impulsos es la dificultad para resistir un impulso, una motivación o una tentación de llevar a cabo un acto perjudicial para la persona o para los demás. El individuo percibe una sensación de tensión o activación interior antes de cometer el acto y luego experimenta placer, gratificación o liberación en el momento de llevarlo a cabo.

• Cleptomanía: Se caracteriza por una dificultad recurrente para resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios para el uso personal o por su valor monetario. El individuo siente una tensión creciente antes de realizar el robo, seguida de bienestar o gratificación después de ejeutarlo.

• Juego patológico: Se caracteriza por un comportamiento de juego desadaptado, recurrente y persistente. Este comportamiento puede alterar la vida familiar personal o profesional. Las personas con trastorno de juego continúan a menudo jugando a pesar d sus esfuerzos por controlar detener o disminuir la conducta. El individuo puede jugar para escapar de problemas emocionales (culpa, desesperanza, depresión, ansiedad) y liberarse de su malestar.

• Tricotilomanía: Se caracteriza por un comportamiento recurrente de arrancarse el propio  cabello por simple placer, gratificación o liberación de la tensión que provoca una perceptible pérdida de pelo. Puede efectuarse en cualquier zona del cuerpo, zona púbica, axilas, cabeza o cejas. El comportamiento se puede dar a lo largo del día durante horas y circunstancias provocadoras de estrés aumentan la conducta.

• Trastorno explosivo intermitente: Se caracteriza por la aparición de episodios agresivos que el individuo no puede controlar, dando lugar a violencia y destrucción de la propiedad. El grado d agresividad expresado durante el episodio es desproporcionado con relación a la intensidad del estímulo desencadenante

• Piromania: Su característica principal es un patrón de comportamiento que lleva al individuo a provocar un incendio por puro placer, gratificación personal o liberación de tensión o satisfacción con la destrucción de la propiedad.

Son trastornos relacionados con la ingestión de una droga de abuso (incluyendo el alcohol), los efectos secundarios de un medicamento y la exposición a tóxicos. El término sustancia puede referirse a una droga de abuso, a un medicamento o a un tóxico.

Estas son algunas de las sustancias: Alcohol, alucinógenos, anfetaminas, cafeína, cannabis, cocaína, fenciclidina (PDP), inhalantes, nicotina, opioides, sedantes, ipnóticos y ansiolíticos.

Muchos de los medicamentos tomados por iniciativa propia o por prescripción médica pueden causar trastornos, algunos son: Anticonvulsionantes, antihistamímicos, antihipertensivos, medicamentos cardiovascuares, medicamentos antimicrobianos, antiparkinsonianos, corticosteroides, gastrointestinales, relajantes musculares y antidepresivos.

La exposición también a sustancias químicas puede provocar también trastornos relacionados con sustancias. Entre estos tóxicos se incluyen metales pesados como el plomo o el aluminio, algunos raticidas, pesticidas, monóxido de carbono o dióxido de carbono. Se consideran inhalantes la gasolina y la pintura cuando se consumen de forma voluntaria para intoxicarse o toxinas si la intoxicación se produce de forma accidental.

Los síntomas más frecuentes asociados a sustancias tóxicas son deterioro cognoscitivo, del estado de ánimo, ansiedad, alucinaciones, ideas delirantes o crisis comiciales. Después del abandono de la sustancia los síntomas pueden durar semanas o meses y la persona puede requerir tratamiento médico y psicológico para su total recuperación.

La dependencia de sustancias se caracteriza por un patrón de autoadministración que lleva a la tolerancia, la abstinencia y a una conducta compulsiva de consumo. Tolerancia es la necesidad de recurrir a cantidades mayores de sustancia para tener el mismo nivel de intoxicación o una disminución de los efectos producidos por la sustancia con la misma dosis.